De niño la palabra rincón tenía, al menos para mí, una connotación siniestra. En el rincón se castigaba a aquel que había osado infringir las normas. En el rincón se dejaba aquello que no se quería, que se podía olvidar perfectamente. Sin embargo, ahora que me van pasando los años, el significado de la palabra se dulcifica. Rincón es el lugar ansiado, el pequeño paraiso que se busca con ansia y que duele dejar atrás. El rincón es el lugar de los susurros, de suaves aleteos, de brisas frescas mañaneras donde me arrodillo para rezarle a mis esquivas diosas.
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2 comentarios:
El rincón también es el lugar en donde dejamos los olvidos.
Es preciosa, aun siendo un poco mayor.
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