jueves, 8 de mayo de 2008

Mariposas y trípodes

El sol ya ha salido. Hay que darse prisa porque tus posibles modelos comenzarán a danzar en pocos minutos y entonces ya no será tan fácil cazarlas. Me voy ladera arriba, buscando entre las plantas. Una nube como una telaraña ha cubierto el sol,suavizando ligeramente la luz. De repente, sin esperarlo, me encuentro a esta melitaea didyma abrazada a una planta seca. Al otro lado de la colina, se escuchan los ruidos de un polígono industrial.



Fotografía realizada utilizando el trípode. Desde la primera vez que me atreví a utilizarlo, jamás me he separado de el. Para mí, es la esencia de una fotografía bien realizada. Me permite por un lado aprovechar la luz natural y , juntamente con el cable disparador, evitar la trepidación. Pero no todo son ventajas: el peso, la falta de flexibilidad, la incapacidad o dificultad para colocarlo en ciertas situaciones se cuentan entre los inconvenientes.


No es necesario gastar mucho dinero en un trípode si no eres profesional y el peso de tu equipo es ligero. 400 o 500 gramos de diferencia respecto a un trípode de fibra de carbono no se justifican si no se tiene que pasar el día entero corriendo por el campo y si tu equipo fotográfico tiene un peso moderado. Es fácil sucumbir a las tentaciones para luego comprobar que la diferencia entre un cacharro carísimo y otro moderadamente caro tampoco es muy grande ( a mi me ha pasado).

1 comentario:

Fab dijo...

Maravillosa composición!!! y buen consejo, en mi caso aún soy muy apuron pero también aplico trípode (si me controlo jejeje).
Saludos.