Mi amor por los bombílidos empezó cuando, en un camino junto a un riachuelo, cubierto de rocío, me encontré a este animalito. Desde entonces, a pesar de que ahora sé que detrás de esa carita de angel se encuentra un terrible parasitoide, me desvivo por encontrar a estas pequeñas criaturas.
La fotografía utiliza como fondo la tierra del camino. Siempre que encontreis un insecto os recomiendo que probeis todos los fondos disponibles, variando la posición del trípode hasta encontrar el que os guste.
4 comentarios:
El bicho es bien feito, aunque no por eso no ha de ser interesante. :)
Un saludo cordial.
No mujer, si es precioso, fíjate en su pelaje, todo mojado, en esos ojitos y esa probóscide, no hay flor que se le resista.
A mí no me parece feo en absoluto, pero eso es cuestión de gustos y sobre eso, como es bien sabido, no hay nada escrito.
Sin ver la nerviación de ala es arriesgado incluso sugerir un grupo, pero el aspecto del bicho es muy característico y yo diría que tiene muchas papeletas, pero muchas, muchas, para llamarse Anastoechus. Echale si quieres un ojo a la entrada que les dediqué.
Es una joyilla de bicho y una gran foto.
saludo Erna
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